El amor libre o Poliamor es un término reciente que se ha popularizado mucho. De inicio nos hace pensar en la promiscuidad y en las interacciones sexuales con otras personas más allá de la pareja. Pero no es así. Este un prejuicio, de muchos que existen a cerca de esta forma de relacionarse amorosamente. El centro no es el sexo, o erotismo para ser más claros. El centro es el amor.
Poli, nos habla de multiplicidad, muchos amores simultáneos, Amor libre, nos habla de un adjetivo, no de un prefijo. No es la decoración sino lo que le sustenta. Ahí la cualidad y el problema, pues la libertad abarca tantos aspectos, que comúnmente, rosa en la violencia y en la falta de tacto para con los vínculos. Es decir, muchas veces el amor libre, carece de responsabilidad afectiva.
Son muchos los conceptos que se han acuñado por parte de las diversas comunidades amorlibrenses, poliaomorosas o también llamadas “no monogamias consensuadas”. Yo me identifico más desde el término amor libre, que con poliamor. Esto, porque no necesariamente tengo la necesidad de mantener varios vínculos simultáneamente, para desarrollarme en plenitud. Puedo estar en una relación de pareja solamente y amar en libertad a otras personas, sin que sea obligatorio ser pareja, sino algo más cercano a la amistad y la complicidad.
Por ejemplo, a mi madre. Claro que la amo. De una forma distinta amo a M., mi compañera actual. Y a la vez amo a mis amigues, de formas peculiares. En acuerdos claros y transparentes. Donde la comunicación es la base. El acuerdo o consenso es lo que le va a identificar. Como me gusta decir a mí: amar consensualidad, amar con sensualidad.
Osea que todes en general, amamos a más de una persona al mismo tiempo y a cada una de forma distinta. A su vez somos seres amables y amades. Nos aman diversas personas y cada una de forma distinta. Por ende, las personas son poliamorosas, independientemente si son conscientes o no.
La distinción va estar en la fidelidad e infidelidad. Si revisamos nuestras propias relaciones, o las de nuestres Mapas*, veremos que los vínculos extramaritales, les amantes, la casa chica y los cuernos son el pan de cada día. Éste se come en la misma mesa que se bendice, sin que nadie lo sepa.
Gracias a estudios fabulosos y dolorosos como los de Silvia Federici, sabemos que la forma de organización marital, de familia madre-padre-hijes satisface al sustento del modelo capitalista, mediante la reproducción y los cuidados, mediante el trabajo no remunerado, que mayormente aportan las mujeres y todas aquellas identidades que no son virilmente masculinas.
Vivimos en una sociedad hipócrita, que privilegia el matrimonio y la exclusividad monogámica, en pos de mantener la institución familiar, permeada por atributos religiosos y principalmente capitalistas. Y que su vez lastima, no en sí misma, sino por la ruptura del acuerdo, lo que divorcia y también lo que asesina. Muchas de las muertes por feminicidio, se justifican por violentadores, como una venganza. Es la moral la que asesina.
La Antropóloga Rita Segato, al investigar sujetos masculinos presos durante años, expresa que existen “mandatos de masculinidad”, los cuales afirman, que el violador, se siente con la capacidad moral de ajusticiar el cuerpo de las mujeres, por no encajar en su propia satisfacción.
Lo anterior, para observar la dinámica en las no monogamias. Las diversas formas de relacionarse no románticas aportan en la disminución de la violencia y en la generación de relaciones más horizontales, que dotan a las mujeres, aunque no únicamente, de la capacidad de autorrealización, al no atenerse a un modelo de madre, esposa o cuidadora. Esto implica una visión política de los afectos. Amar es político.
Tenemos la capacidad de amar a varias personas sin hacer daño. Amara en libertad. Amar libres de la violencia. Esto implica el aprendizaje y también desaprendizaje. ¿Qué convendría aprender inicialmente? Que somos seres con capacidad de amar y ser amades sin exclusividad, sin propiedad, y también con exclusividad sin que las relaciones sean privatizadas.
No hay una sola forma de amar libremente. Hay tantas según las personas implicadas. Por ejemplo, una relación abierta, donde la pareja tiene el acuerdo de vincularse con otras personas sexoafectivamente, o bien sólo sexualmente sin involucrar los afectos. Estas relaciones también pueden verse como jerárquicas, donde la relación principal se protege y nutre, antes que a las demás. Vemos entonces, que aquí también hay un sesgo, pues podría darse que uno de los vínculos no principales, quiera tener un grado de jerarquía similar. Hay relaciones donde una de las personas, tiene más de una pareja, digamos tiene tres novios. También se les llama “polivínculos”. Esto implica un grado de responsabilidad afectiva mayor. De escucha atenta con cada una de las personas y también una gran capacidad de gestión emocional, gestión del tiempo y gestión de la economía.
Una experiencia es la de las parejas que deciden tener amantes en común, a veces sin que exista un grado de intimidad afectiva, sino únicamente sexual. Se le conoce como “unicornios”, el ser mágico que alimenta a la pareja, pero que no recibe los mismos cuidados. Cuidados comunes. Si estos se dieran, podría darse el caso de ser una trieja.
En este sentido, hay cuatriejas o relaciones de grupo. En las que también la exclusividad puede estar presente. Cinco, tres o las personas que sean, con acuerdos para compartirse únicamente entre ellas. Esto no está lejos de lo que vemos comúnmente, por lo menos en México, donde existen lazos de compadrazgo, donde una madrina y padrino velan por el porvenir de les hijes de otra pareja. Y también la típica infidelidad del compadre con la comadre. Pero ¿qué tal? si les comxadres* deciden compartirse mutuamente a nivel sexual y afectivo; e incluso, si deciden criar en conjunto personas que tendrán cuatro Mapas. Estos modelos nos llevan a dinámicas de familia no monógamas y crianza multiparentales.
El tema, lo repito, es la honestidad, la claridad y la fidelidad en los acuerdos. Así, habrá relaciones en las que el acuerdo sea compartirse con otras personas, pero no contarse nada acerca de los otros vínculos; o bien acuerdos donde el contarse con quién se sale y la profundidad de la relación, sea lo primordial.
En las relaciones amorlibrenses lo que es cualidad también es yugo, si es travesada por la violencia heteropatriarcal. Una mujer que se relacione desde el poliamor, se enfrenta a diversas experiencias que un hombre, así también las demás identidades. El acceso al derecho de expresarse en el mundo y vincularse sexoafectivamente desde una posición diferente, también vulnera a las personas.
Para una mujer madre, cuidadora de les hijes, es más complejo compartir su vida públicamente desde la no monogamia. La posibilidad de compartir sus ingresos en una relación o en varias se magnifica, si ésta tiene que distribuirse con las personas bajo su cuidado. La brecha de géneros también está presente. La violencia que recibe socialmente por no cumplir el papel de la mujer prototípica se incrementa. Disfrutar del placer propio con varias personas se convierte en un placer y en un peligro.
Las no mogonamías no son la panacea, el camino limpio y luminoso de una verdad espiritual por la cual se llega a la felicidad. Implica interactuar con cada vínculo, las necesidades personales y las necesidades ajenas. Implica comprender el ritmo de cada persona, sus procesos, su reconfiguración continua. Implica compartir gastos, hacerlos rendir, distribuirlos, volverles una herramienta para el sostén de la misma relación. Implica estar al tanto de las violencias propias ejercidas. Generar, reparar daños. Implica desarrollar herramientas emocionales de autoreconocimiento, amor propio, empatía, saber decir lo que siento, decirlo de forma asertiva.
Experimentarse desde el amor libre, habitarse desde este sitio, nombrarse y ejercerse desde esta trinchera, jardín, lago, punto en el cosmos, implica negociar en más grados. Yo tengo una relación conmigo mismo. Tengo una relación con mi vínculo, si son dos vínculos, pues tengo dos relaciones. Hay una relación entre mis dos vínculos, la de metamores, el amor de mi amor. Y hay una creada entre les tres, a partir de la existencia en grupo, independientemente de si se conocen, interactúan o no. Es decir, hay cinco relaciones. Además de las relaciones de mis vínculos consigo mismes. Si son dos mis vínculos, pues ya son siete relaciones. Siete negociaciones en todos los aspectos. Si agregamos las relaciones particulares de mis vínculos con sus vínculos, el número de relaciones crece y más aun contemplando las relaciones particulares de mis vínculos entre elles y conmigo. Con todas estas personas compartimos, damos, recibimos, intercambiamos energía.
Cómo nos relacionamos, desde dónde, es lo que hace a las relaciones ser disfrutables, plácidas, calientes, honestas, místicas, culinarias, musicales, pachecas, dibujantes, poéticas, alquimistas, abundantes, sanas. Las no monogamías también son un canal por el cual puede potenciarse el bienestar personal y el común.
El Amor libre es parte de la vida cotidiana, está presente, el nombrarlo y sostenerlo mirándose a los ojos, es una vía para relacionarnos de forma más honesta y menos violenta. Nos es la verdad universal. Los celos existen y hay necesidad de aprender a gestionarlos. Si una de las partes no sabe que hay otras personas, probablemente no sea una relación ética, podrá ser poliamorosa, pero violenta. El amor libre, siempre debe ir acompañado del amor propio. El cuidado de sí y los cuidados comunes.
Yo he tenido la fortuna de ser acompañado emocionalmente por otras personas que se experimentan desde diversas formas no monogámicas. Hay un grupo en Facebook: https://www.facebook.com/groups/poliamorcdmx/ que se llama “Poliamor Valle de México”, donde les integrantes manifiestan sus inquietudes y se hacen comentarios. Conozco a muchas de las personas del grupo, son “Policuriosxs”, es decir, tienen ganas de explorar una vida poliamorosa.
De este grupo surgió otro llamado “Letras Poliamorosas” en el que escritorxs nos reunimos a crear textos, donde el amor no romántico está presente: https://letraspoliamorosas.com/ En el sitio web, hay un poema mío que ha sido muy bien recibido, hasta un video hicieron para un festival de cine, que puede verse en el link: https://youtu.be/pFQmg1CI8A4 Escribir desde una óptica del amor libre, también es hacer política, y un acto pedagógico, que brinda una guía para relacionarse de formas diferentes.
Recomiendo el libro “El Amor libre, Eros y Anarquía” de Osvaldo Baigorria, que dota de varios ejemplos, y muestra el papel del amante en la ruptura del modelo capitalista, aportando amor y placer, donde solo hay obligaciones maritales. Anteriormente estaba para descarga libre, pero puede adquirirse desde el sitio https://traficantes.net/libros/el-amor-libre
Hay muchas organizaciones en el mundo, que están creando contenidos, que aportan en la emancipación del modelo romántico y capitalista del amor. Esto no implica que el mismo Poliamor no se capitalice, pues como Bartra en “El Hombre de Hierro” nos cuenta, el capitalismo es tan multifacético y adaptable, que moldea cualquier dinámica a su favor, lejos de evolucionar hasta su extinción como lo predecía Marx. Una de estas organizaciones, es Amor libre Argentina, que tiene el sitio https://amorlibreargentina.org/ y un canal en YouTube con videos que explican fácilmente varios de los conceptos que he compartido.
Incluso hay páginas en Instagram de Memes: https://www.instagram.com/poliamorymemes/ y hasta de acompañamiento emocional, como por ejemplo https://www.instagram.com/gotitasdepoliamor/.
El Amor libre, es una forma más de amar. A mí me ha ayudado a vivir una vida con más plenitud. Hacer este ensayo, es mi forma de contribuir en la generación de una mejor sociedad. De proponer modelos de relación no monogámicas y menos violentas. Mi anhelo es comer en la misma mesa con todos mis vínculos, mirándonos a los ojos.
*Mapas: palabra que reúne a mamá y papá en un sola, para no falocentrar el término desde el nombrarles juntes como papás, como es común; además de potenciar el aspecto de guía y dirección hacia les hijes.
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*Comxadres: uso la x para no usar la “p” exclusiva del masculino, ni la “m” exclusivamente femenina, pues existen las relaciones de compadres, donde son dos hombres los que tienen el grado de parentesco o bien comadres, en el caso de relaciones exclusivas de mujeres, y claro, las relaciones donde no hay un género especifico.
Karloz Atl
(Ciudad de México, 1988)
Poeta, ensayista, bailador y gestor cultural del barrio de Santa María la Ribera, CDMX. Miembro de la Asociación de Escritores de México. Director del Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto AC. Es uno de los mayores exponentes de la Poesía en Voz Alta en el país. Ha presentado su obra en Brasil, Cuba y Perú. Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2019. Tiene 15 libros publicados. Aparece en diversas cápsulas televisivas, documentales, notas de prensa, programas de radio e internet.