El retratista de nuestra modernidad fallida
El artista es por fuerza, un nómada social. Como fotógrafo e ilustrador, René Velázquez de León convierte su mirada en una acuciosa autobiografía fragmentada en retazos de su realidad, como reflejo de una pasión obsesiva por el hallazgo donde parece imposible lograr una nueva interpretación de la inmediatez que lo rodea. En Velázquez de León, naufrago atrapado en su isla de obsesiones existenciales, sus imágenes funcionan como bombas molotov que estallan en cada uno de sus objetivos con referentes accesibles a la mirada de los no iniciados. Su ya larga trayectoria registra su deriva personal como búsqueda estética sin cartografía ni destinatario probable. Es un personaje indispensable para entender el proceso parvulario alimentado por el do it your self punk y su posterior maduración de la escena editorial underground chilanga y algunas de sus publicaciones hoy legendarias y vigentes, surgidas entre finales de los años ochenta y noventa del siglo pasado. A Sangre Fría, Nitro, Moho y Producciones El Salario del Miedo. Velázquez de León, lejos de renunciar al fracaso heroico de proyectos editoriales reconocidos por apostar a la contra, se aferra a no claudicar en su apuesta conceptual, pendiente del devenir de dos generaciones de artistas, escritores, periodistas y vagabundos de las artes, curtidos en el duro oficio de discrepar contra las convenciones del canon artístico. Me extraña que luego de tantos años, no haya conocido a una persona tan coherente entre su postura existencial y su continua búsqueda como artista. Tozudo pero noble, René es el último de los Dodos de las artes visuales y gráficas mexicanas. Influido o contagiado por El roto, el genial cartonista español del periódico El País, Velázquez de León ha llevado su ironía y desencanto al plano de la fotografía. Los hermanos Mayo o Nacho López podrían darnos una pista del recorrido visual al que invita nuestro fotógrafo atraído por la resaca de nuestra modernidad fallida y lo retorcido de una realidad chilanga sobre todo, que no tiene fondo en su eterna caída al precipicio. Sus imágenes e ilustraciones más allá de una evidente renuncia a la utopía, son el espejo roto de este país donde cabemos todos, sin retoques.
J. M. Servín, Primavera virulenta, 2022
René Valázquez De León
Ciudad de México (1963). Estudió diseño de la comunicación gráfica (UAM – Azcapotzalco 1982-1986). Diseñador, escritor y artista gráfico. Inició su carrera desarrollando proyectos de animación por computadora en televisión (1986-1989). Desde 1991 participa como Director de Arte y colaborador en proyectos de cultura alternativa: A Sangre fría, Nitro/Press, Editorial Moho, Producciones El Salario del Miedo y otros. Revalora la estética de la ciudad y el barrio en su libro Altar Tacuba (Producciones El Salario del Miedo, 2017). En su faceta como dibujante (instagram: erre.zero) cuestiona la normalidad alienante. Microempresario de la publicidad y la señalética. Vive y padece la Ciudad de México.