Solía pensar en la obra de Oscar Guzmán Vallejo -Vallejoskar- como un relieve, un territorio afianzado en estratos previos. Creía que le correspondía un lenguaje más cercano al de la geografía que al de la propia disciplina. Ahora reconozco a través del peso de su mano, en la intriga por el pigmento aglutinado, una pregunta concerniente a cada cuadro: ¿cuáles son las inquietudes que determinan el aparecer de la materia?
La pintura es la expresión sensible de nuestros compromisos con la realidad. Plasticidad configurativa que adquiere la forma de nuestro ser en el mundo. Así pues, en Vallejo el empaste es consecuente con una estética irreductible a elementos visuales. Las crisis no están al servicio de la imagen. El arte no es una reacción, es una respuesta.
Frente a los discursos que exotizan la “periferia”, que ven en la “marginalidad” motivos de representación icónica, la visceralidad retiene la importancia de los sucesos en la carne, señalando sus pliegues y accidentes como lugar de afirmación de toda circunstancia. En las figuras de Vallejo se articula un espacio que pretende resguardarnos de la banalización de la violencia. La calle no es el escenario de su cosmogonía particular conformada por vírgenes, bestias y sirenas, en todo caso, su crudeza señala que la pérdida del espacio público conlleva también la de lo humano.
Su forma de tratar el óleo emparenta la basura, el fuego y la piel, pero lo visceral no se resume en la mancha, es un modo de presencia. Aunque hay impacto en lo que muestran, la fuerza de estas piezas reside en la obstinación con que sus pinceladas vuelven sobre capas ya resueltas. Es un esfuerzo contra el olvido que sirve a la injusticia. En la pintura el pensamiento se atreve a confrontar las cosas que desea evadir, responde a la exigencia ética por sostener la mirada.
Vallejoskar no produce series, tiene insistencias. Sus perros delatan una reflexión errante en que la vida se expresa como persistencia. Afán por encontrar algo más que bolsas negras al final del rastro de sangre. En los resquicios de la herida se vislumbran animales, figuras revolucionarias, fantasmas… en suma, una sacralidad que no es otra cosa que la convicción de que todavía es posible morir dignamente.
Hay una ausencia que subyace a todos los rostros, habita un imaginario recurrente que pretende darle consistencia al recuerdo. Tiene que ser comprensible la voluntad de querer para quienes amamos otra cosa que un envoltorio de plástico. Tiene que haber para el arte otro destino que el de la mercancía.
No me equivoqué al ver en la obra de Vallejo la construcción de un espacio, pero era una caracterización incompleta. En su suelo se afianza como una utopía lo que debe ser defendido, aun a costa del renombre. El robustecimiento de su superficie se debe a la necedad, a la elección de una pintura feraz por encima de cien imágenes domésticas. En cada cuadro una trinchera. La visceralidad distingue la resignación de la resistencia.
Hugo Alejandro Vela, 2022
«Resistiré»
Óleo / tela
100 x 100 cm
2018
Colección particular
«No hay futuro»
Óleo / tela
80 x 80 cm
2020
Colección particular
«La libertad alumbrando al mundo»
Óleo / tela
120 x 120 cm
2020
«Virgen Sucia»
Óleo / tela
120 x 160 cm
2020
Colección particular
«Zalomé II»
Óleo / tela
90 x 120 cm
2020
Colección particular
Oscar Guzmán Vallejo
Nacido en 1980 siempre mostró interés por el dibujo, nezatlense de origen hoy radica en la CDMX, hijo de padre obrero y madre comerciante. Oscar Guzmán González conocido como “vallejo”. Diseñador, ilustrador, dibujante, grabador, serigrafista, aunque se ha desarrollado más como pintor.
Tras terminar la secundaria cursa una carrera técnica de Diseño Gráfico en una hoy desaparecida escuela sin validez oficial, centrándose en las técnicas de ilustración y el llamado dibujo publicitario, matriculado en el Colegio de Ciencias y Humanidades Plantel Vallejo de la máxima casa de Estudios donde viviría la huelga 99-2000 que le marca y se inclina más por las humanidades, decide ingresar a la ENAP-UNAM a la carrera de Artes Visuales, la cual abandonaría por diferencias con el enfoque de sus planes de estudio.
Gran parte de la década del 2000 la dedicara al diseño editorial y de cartel underground, estando al frente del diseño artístico de diversas publicaciones marginales, independientes y contestatarias. Donde el cartel, la ilustración y el cartón político; photoshop y la serigrafía serían sus herramientas comunicativas.
El 2009 fue un año vital para su quehacer visual, tras una profunda crisis existencial de esas que uno suele tener a los 30s regresa al estudio del Dibujo y la Pintura, esta vez en la Academia de San Carlos de la UNAM a través de los talleres libres en el programa de educación continua. Irónicamente a la par se le presentó la gran oportunidad de abrir un taller de dibujo en el CCH donde fuese alumno una década atrás. Así fundaría el taller de Dibujo y Pintura del CCH Vallejo, en el departamento de Difusión Cultural del plantel.
En el 2012 casi accidentalmente pasa de la ilustración o la “dibujopintura” a una propuesta más libre, de pinceladas crudas que lo llevará casi involuntariamente al empaste cada vez más fastuoso; la materia en la pintura, la figura humana al igual que su preocupación por los problemas políticos se verá reflejado en su trabajo plástico.
Ha pertenecido y fundado diversos colectivos artísticos, así como “El taller el que no mancha no avanza” (casi una declaratoria de principios) donde está al frente, espacio preocupado por dar herramientas técnicas a los interesados en la plástica.
Tiene seis muestras individuales. Entre las que destacan. “Conjeturas”, TESCHI 2017. “Imarginal” Galería Ahuehuete, Penjamo Guanajuato. 2019. “Tiempos de marginalidad”, Centro Cultural Ollin Yoliztli 2019. “Visceral”, Galería RAB 63 2022
Al igual ha presentado su trabajo en decenas de muestras colectivas algunas de ellas en espacios de importancia, tales como el Banco de México, Instituto de cultura y arte de Celaya, Museo de Arte Contemporáneo Querétaro, FARO Indios Verdes, Museo Fuego Nuevo, Museo del Policía, Futurama, Museo de la Ciudad de Cuernavaca, Sistema de Transporte Colectivo Metropolitano, Varios recintos de la UNAM, Galería Veracruzana, Galería Aguafuerte así mismo en espacios más discretos y hasta sórdidos como casas de cultura, cafés, pulquerías y bares.